Poética del Marketing Online

Me llamaron poética del marketing online en una época en la que ni siquiera sabía qué era marketing online

Me dijeron tal cosa por un comentario que escribí en un grupo de Facebook en el año 2011 (si no recuerdo mal).

Obviamente no entendí su significado (si es que lo tiene) pero lo de poeta me gustó y me gusta.

Años más tarde, sabiendo lo que es el marketing online, creí entender su significado pero no me atrevía a adjudicarme a mí misma semejante rol.

No sentía que tuviera la autoridad suficiente como para proclamarme tal o cual cosa.

De hecho, por aquel entonces, ni siquiera me atrevía a decir abiertamente que escribía o que soy escritora.

Por lo tanto, cómo iba a identificarme con tremendo concepto.

Poética del Marketing Online

Suena muy TOP, ¿no?

Fue bastante abrumador, preferí obviarlo y seguir vagando hasta hallar otros conceptos con los que sí me sintiera «yo».

¿Qué significa (para mí) ser «yo» hoy?

Mostrarme libremente sin la necesidad de etiquetarme en nada y en todo.

Siento que emprender te hace ser más vulnerable, humilde y sobre todo, perseverante.

Porque te brinda la oportunidad de aceptar o descartar opiniones no solicitadas y te da el permiso para Ser.

¿A caso quiero ser “Poeta del Marketing Online”?

No.

Quiero ser mejor escritora, mejor creadora y por supuesto mejor persona.

Y si para lograrlo he de usar el marketing online con rimas, lo haré.

Hoy en día es fácil identificarse con estereotipos que no están en sintonía con uno mismo.

Querer parecerse a…

o ser como…

Admirar a otros está bien y tener en mente ejemplos de personas que ya han logrado lo que tú quieres o que ya son como tú quieres también, pero sin olvidarse de uno mismo.

De la famosa chispa que te hace especial, único e irrepetible.

Aunque en el fondo no seamos tan distintos…

Poeta del Marketing Online no soy, pero sí hago de redactora SEO para otros y escribo poemarios muy bucólicos.

Ya sabes, poesía de andar por casa sin rima y algo de gracia.

Abrazo de gratitud,

Gladys

PD: el poder que otorgamos a las palabras sigue asustando a veces…